miércoles, 17 de julio de 2013

¿Por qué somos celosos?


¿Por qué somos celosos?

A pesar de que en la antigüedad, las causas de este fenómeno fueron adjudicadas a deidades o entidades sobrenaturales e ilógicas, hoy sabemos que la responsabilidad es nuestra. Desde el campo de la ciencias, como la Psicología y particularmente desde la Psicología Evolutiva, sabemos que todo pasa por nuestros cerebros, tanto la forma en la que establecemos nuestras relaciones, como la manera en que buscamos mantener (o no) las mismas.
En sí, de acuerdo a diversos psicólogos contemporáneoslos celos son una respuesta emocionalinherente a la naturaleza de los Hombres, donde tanto en hombres como en mujeres ocurre de la misma manera y esta ligado a una cuestión muy simple: buscar proteger lo que se quiere.
Los humanos aprecian, quieren y aman sus pertenencias, sus puestos de trabajo, sus amigos, sus parejas, etc., y la idea de perder ese vínculo o tan solo peligrar su existencia, los martiriza con este horrible sentimiento.
Muchísimo tiene que ver con nuestras capacidades cognitivas, con cómo procesamos la información y a cómo estipulamos con ella. Además, los celos tienen mucho que ver con la sexualidad y la naturaleza de nuestros hábitos reproductivos sin embargo, no solo con ella puesto que por ejemplo, volviendo a lo que estos procesos cognitivos refiere, pensemos en los niños o incluso en los bebés de apenas unos meses de vida que presentan esta clase de emociones o este tipo de comportamiento.
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La raíz de los celos y la influencia de diferentes cuestiones como el género, la edad, el origen étnico y demás, siempre han sido un tema de controversia. En realidad, si, todos estos factores tienen que ver con el desencadenamiento de los celos, el tipo de celo o la graduación en la que se los podría clasificar. En el ámbito del sexo, por ejemplo, a muchos les podrá llamar la atención la práctica sexual de las parejas conocidas como swingers o aquellas personas que en el acto sexual comparten a su pareja. A muchos les parecerá un tabú o considerarán que en una situación semejante, morirían de un ataque de celos.
Lo cierto es que allí entran en juego muchos de los aspectos antes señalados, en especial aquellos que están relacionados a los procesos cognitivos de cada individuo. Pero más allá de toda esta cuestión social, cognitiva y cultural, más allá de factores como la edad, el género o la naturaleza psíquica de cada individuo, también hay ciertos detalles a señalar desde los cuales nos adentramos al campo de la Neurociencia.
Dejando de lado los aspectos sociales, en Neurociencia se considera que sí existen diferencias entre los sexos y que, más específicamente, las mujeres son más celosas que los hombres. Pero para entrar en este ámbito, deberíamos considerar una compleja diferenciación entre el concepto de sexo y amor, que no haremos en esta oportunidad pero que vale la pena mencionar.
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Mediante diferentes experimentos, se ha determinado que por ejemplo en una pareja, la infidelidad en el coito provoca una respuesta que implica un mayor grado de celos y otros sentimientos como rabia, ira, etc., que en el caso de una infidelidad de tipo psíquica o de algún modo “espiritual”. Si la persona es infiel en la cama pero no hay una conexión (lo que llamaríamos “amor”) los celos aparecen en menor grado y con consecuencias menos nocivas.
A su vez existen diferentes tipos de celos, desde celos más habituales vinculados al empleo, amistad, familia, romance, a los  celos anormales, que rozan la paranoia y las patologías psicológicas.
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Bien podríamos decir que nuestros celos, en gran parte, son entonces el resultado de nuestrainseguridad, nuestra poca capacidad para desarrollarnos como individuos independientes, el peso de nuestra calidad como sujetos sociales y en cierta medida, de nuestro profundo egoísmo.
¿Qué opinas sobre este tema? Todos algunas vez sentimos celos o fuimos el objeto de los celos de alguien más. ¿Por qué crees tú que somos celosos?

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