domingo, 30 de junio de 2013

Dónde se origina el amor localizado

Investigadores crean el primer mapa del cerebro que describe las zonas que activan el cariño y el deseo

Dónde se origina el amor, localizado


Por mucho que insista el dicho popular, el amor no vive en el corazón, sino en el cerebro, como ya ha demostrado la ciencia moderna. Pero, ¿exactamente dónde? ¿Y es el mismo lugar en el que nace el deseo sexual? Un equipo internacional de científicos ha creado por primera vez un mapa cerebral que describe el lugar exacto en el que se encuentran estos dos sentimientos tan íntimamente ligados. Y parece que sexo y amor activan cada cual áreas del cerebro distintas pero relacionadas entre sí.

Los investigadores de la Universidad Concordia en Montreal (Canadá), junto a colegas de EE.UU. y Suiza, analizaron los resultados de 20 estudios independientes que examinaban la actividad cerebral mientras los sujetos realizaban tareas tales como la visualización de imágenes eróticas o mirar fotografías de sus seres queridos. Mediante la combinación de estos datos, los científicos fueron capaces de formar un mapa completo del amor y el deseo en el cerebro.

De esta forma encontraron que dos estructuras cerebrales en particular, la ínsula (corteza insular) y el cuerpo estriado, son responsables para pasar del deseo sexual al amor. La ínsula es una porción de la corteza cerebral plegada profundamente dentro de un área entre el lóbulo temporal y el lóbulo frontal, mientras que el cuerpo estriado se encuentra cerca, en el interior del cerebro anterior.

El amor y el deseo sexual activan diferentes áreas del cuerpo estriado. El área activada por el deseo sexual se activa normalmente por las cosas que son inherentemente agradables, como el sexo o la comida. El área activada por el amor está relacionada con el proceso de condicionamiento por el cual a las cosas que tienen que ver con la recompensa o el placer se les da un valor inherente, es decir, cómo el deseo sexual se convierte en amor, lo que se procesa en un lugar diferente en el cuerpo estriado.

Sorprendentemente, esta zona del cuerpo estriado es también la parte del cerebro que se asocia con la adicción a las drogas. Jim Pfaus, profesor de psicología de Concordia, explica que hay una buena razón para ello. 


«El amor es en realidad un hábito que se forma a partir del deseo sexual cuando este deseo se ve recompensado. Funciona de la misma forma en el cerebro como cuando las personas se vuelven adictas a las drogas».

Científicos revelan por qué Albert Einstein tenía un cerebro único

Un análisis indica que si bien su masa era igual a la de una persona normal, su cerebro estaba estructurado de una forma diferente

Científicos revelan por qué Albert Einstein tenía un cerebro único


Un análisis que fue publicado en la revista “Brain” sostiene algo que quizás todos intuíamos: que el cerebro de Albert Einstein era único.

El estudio indica que si bien el cerebro de Einstein no era mayor que el de una persona normal, este estaba estructurado de forma diferente, señala un artículo publicado en “La Vanguardia”.



El premio Nobel tenía una corteza prefrontal muy desarrollada. Esta es la zona de la parte anterior del cerebro que se encuentra sobre los ojos y donde se controla la concentración.

Además, otras dos zonas de la corteza, la corteza somatosensorial primaria y la corteza motor estaban bastante desarrolladas en el científico. Estas zonas controlan la información proveniente del sentido del tacto y los movimientos voluntarios, respectivamente.



Este estudio analizó 14 fotografías del cerebro que fueron tomadas por el patólogo Thomas Harvey tras la muerte de Einstein.

Harvey tomó las imágenes antes de seccionar 240 trozos del cerebro y repartirlo entre diferentes organizaciones para su estudio.

El lado humano de nuestros amigos del reino animal

El aclamado fotógrafo Tim Fach, de 54 años, ha creado una colección de retratos sorprendentes que muestran el lado más humanos de los animales.



Aunque somos diferente con mucho de los animales, en el sentido estricto, ellos son irracionales, y nosotros somos seres racionales. Sin embargo, los animales deberían ser nuestros amigos.



Pues bien el fotógrafo, ha creado una colección de retratos sorprendentes que muestran el lado más humanos de los miembros del reino animal.



En una imagen, un pollo sin plumas se encuentra sobre una punta de su pata, el ave corre, pero la lente de la cámara lo capta en una escena al estilo ballet.



Durante otra sesión de fotos, un murciélago tímido cubre su cara con su brazo mientras miraba tímidamente la cámara.

Es difícil de imaginar la cantidad de horas de arduo trabajo para conseguir la foto ideal.



En su sitio web, Flacj, quien estudió en la prestigiosa Central Saint Martin College of Art and Design, escribe que él trabaja a menudo en completo silencio para no causar una angustia al animal, mientras que en otras ocasiones toca música para calmar el tema de su arte.



“Uno nunca puede predecir el estado de ánimo del animal,
por lo que hay que planificar de antemano para conseguir lo que quieres“.
Su exposición, más que humano, se mostrará en la galería Osborne Samuel, en Mayfair, Londres, del 06 al 21 diciembre.

Así veríamos los demás planetas si estuvieran a la misma distancia que la Luna








El ilustrador Ron Miller hizo las imágenes con un resultado sorprendente.
Desde que el hombre pobló la Tierra siempre ha tenido una fascinación por el espacio exterior, de intentar ver más allá y con la vista hacia el cielo podía vertanto a la Luna, el único satélite natural de nuestro mundo, como los demás planetas.
Y antes que el hombre emprendiera la carrera espacial, siempre hubo la pregunta de cómo serían los demás planetas, cuál sería el real tamaño de estos y como sería si estos estuviera a la misma distancia que la Luna.
Es por ello que el ilustrador Ron Miller, y ex director de arte del planetario del museo de la NASA tuvo la gran idea de mostrar cómo los hombres veríamos los demás planetas, si estuvieran a la misma distancia de la Tierra que la Luna, es decir 384 mil 400 kilómetros.
El resultado es realmente asombroso y, en algunos casos, hasta algo aterrador, sobre todo en las imágenes de Júpiter y Saturno, que son muchos más grandes que la Tierra.
Las imágenes de Miller muestran como se verían dichos planetas en una carretera despejada con el cielo limpio y el distinto tipo de iluminación que habría en la Tierra con cada planeta. (Con información de Infobae)